Belgica
Su estancia en Bélgica
Su estancia en Bélgica le va a permitir descubrir un país de múltiples facetas. Unos paisajes inéditos, unos monumentos de arquitectura fascinante, unas especialidades gastronómicas deliciosas son los mejores argumentos para venir a este “país llano”...
Estancia en Bélgica : descubra un patrimonio variado
Su estancia en Bélgica es la ocasión de impregnarse de la belleza de un patrimonio completamente excepcional. A tan sólo dos horas de París, Bruselas le desvela sus secretos. Pasee por las calles de la capital europea y déjese sorprender por el encanto de la Grand Place, sus monumentos de finales del siglo XIX, obra del arquitecto modernista Victor Horta, o incluso el museo Groeninge, donde puede contemplar seis siglos de pintura flamenca. No deje de acercarse hasta el celebérrimo Manneken Pis. En Brujas, la Venecia del norte, reme apaciblemente por los canales flanqueados por edificios de ladrillo rojo del estilo gótico típico de la ciudad, admire su torre y vaya después al encuentro de la historia del arte y los grandes pintores flamencos. Al atravesar Bélgica, puede que se cruce con una de las treinta y dos campanarios belgas de estilos románico, gótico o barroco, testigos de la riqueza de un patrimonio belga perfectamente conservado. Descubra, además, los beguinajes flamencos, conjuntos arquitectónicos erigidos en la Edad Media que reagrupan casas, iglesias y jardines.
Bélgica: senderismo en un paisaje variado
A los deportistas y amantes de las salidas a la naturaleza, Bélgica les recibe con rutas de senderismo o bicicleta, al igual que en Flandes o Walonia . Y si desea el agua, por qué no recorrer el canal del Centro en la provincia de Hainault o bien pasear alrededor del Lago de Amor (Minnewater), en las inmediaciones de Brujas o por los lagos de Ixelles, cerca de Bruselas. En verano, disfrute de Knokke, Blankenberge u Ostende, las ciudades costeras del mar del Norte.
Su estancia gastronómica en Bélgica
En Bélgica contará con innumerables ocasiones para degustar el tradicional plato de mejillones con patatas fritas, pero sin duda se sorprenderá de la variedad de platos típicos que podrá saborear en los restaurantes belgas: ensalada y riñones al estilo de Liège, “Bolleke “ en Amberes, “waterzoi” de pescado o pollo en Gante... Las especialidades de marisco se ofrecen por toda Bélgica. Disfrute los bígaros, las gamas y los pescados acompañados de endivias gratinadas o una “carbonnade” flamenca. Los gourmets no dejarán de deleitarse con el famoso chocolate de Brujas, cuya fama sobrepasa ampliamente las fronteras de Bélgica. Podrán, además, acercarse al museo del chocolate para descubrir los secretos de su elaboración. Para terminar, qué sería una comida en Bélgica sin degustar la bebida nacional: ¡la cerveza!
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